• DATOS DE INTERÉS

    INVITADA:
    Sascia Bailer

    ANFITRIONA:
    Juliana Rabelo


    Sinopsis:

    Sascia Bailer explica la relación entre curaduría y cuidado. Comienza exponiendo las contradicciones y ambivalencias que complican el tema. Igualmente, invita a pensar cómo podemos cambiar la situación de las personas que cuidan en nuestras sociedades y cómo pensarlo desde el arte y la curaduría.
    «El trabajo de cuidado es una forma fundamental de trabajo que sostiene la vida social y permite la continuidad de cualquier tipo de sistema social; es un ámbito del que todos nos nutrimos para sobrevivir» nos dice al citar a Bengi Abkulut.

    El trabajo de cuidado es un bien común: no podemos escapar del cuidado porque todos dependemos de él y, a la misma vez, todos, en contextos diferentes, tomamos cuidados de alguien, de nosotros o de asuntos. El trabajo del cuidado hace que todos los demás trabajos sean posibles. Sin embargo, por esta misma razón, tiene una devaluación en sociedades centradas en la producción.
    La importancia y necesidad del trabajo del cuidado crean una ambivalencia con respecto a su consideración: el trabajo de cuidados ha sido históricamente una de las formas de trabajo más explotadoras, flexibles e invisibles, realizada principalmente por mujeres.

    Bailer ejemplifica cómo trata en su práctica de curaduría estas tensiones alrededor del tema del cuidado. Considera su práctica una curaduría relacional: construye plataforma de encuentros, intercambios, solidaridad y alianzas como una práctica crítica que cuida de los procesos artísticos y sociopolíticos, y no tanto de los objetos de arte.
    Se pregunta ¿cómo puede la práctica artística y curatorial relacionarse con la crisis del cuidado; hacer visible la invisibilidad del cuidado a través de proyectos artísticos; y tejer patrones de relación que contrarresten la marginalidad y el aislamiento del trabajo de cuidado?

    Estos son algunos de los formatos que Sascia Bailer ha ensayado: cuidado para cuidadores; poner atención a la realidad que tienen los cuidadores; relacionarse con la comunidad a través de preguntas seguido por momentos íntimos de diálogo y conversación sobre los temas; confrontar a la comunidad con actividades artísticas, llevándolas fuera de las instituciones y contextos del arte; entre otras.
    El tema del cuidado se puede volver una metodología si pensamos en las estructuras que creamos y preguntamos ¿a quién incluyen o a quiénes no permiten participar? ¿Cómo proporcionar un marco curatorial que no excluya a los artistas y participantes con responsabilidades de cuidado?

    Algunas estrategias pueden ser: proporcionar representación a los artistas que generalmente son marginados; mostrar la necesidad de crear un ambiente donde cuidadores pueden trabajar; considerar a las experiencias de cuidadoras como formas de experticia; facilitar a artistas y participantes con niños asistir al programa; pensar en qué los cuerpos necesitan y crear momentos informales de intercambio como actividad colectiva; todos los colaboradores deberían ser remunerados; apoyo a personas y empresas locales; los eventos deben ser gratuitos; dedicar esfuerzo a infraestructura accesible y con «cuidados» (sala de juegos, guardería, comida gratuita); repensar el sistema de producción cultural desde el punto de vista de la estructura que lo sostiene; entre otras.
    El tema del cuidado es importante porque tiene que ver con la ética con la que nos relacionamos con los demás más allá de nuestras experiencias, privilegios o necesidades. La perspectiva del cuidado obliga a pensar en el encadenamiento de nuestras acciones. Hace mucha diferencia quiénes estamos excluyendo y en qué punto.

    Todo lo anterior también es aplicable a nuestra vida diaria, relaciones y contextos de trabajo para convertirnos en agentes del cuidado micro políticos. Sascia Bailer termina invitándonos a tomar muy serio el poder que tenemos en nuestra vida diaria y a trabajar desde ahí a pesar de las diferencias y tensiones con las que inevitablemente nos encontraremos.


    Biografía:

    Sascia Bailer es una investigadora, escritora y curadora feminista que trabaja en la intersección de los cuidados, el arte contemporáneo y la transformación social.

    En su doctorado en curaduría en la Universidad de las Artes de Zúrich y la Universidad de Reading, explora el potencial activista de la curaduría como una forma de cuidado. Es autora de "Curating, Care, and Corona" (2020), y co-editora de la antología "Letters to Joan" (2020), de los libros artísticos "Re-Assembling Motherhood(s)" (2021) de Maternal Fantasies, y "What We Could Have Become" (2021) de Malu Blume. Ha trabajado a nivel internacional dentro de las Artes, incluyendo el MoMA PS1, Haus der Kulturen der Welt, y el Vera List Center for Art and Politics.

    En 2019/20 fue la Directora Artística en el M.1 Arthur Boskamp-Stiftung, hoy trabaja como educadora y curadora independiente. Ella tiene un máster de la Parsons School of Design, una licenciatura de la Zeppelin University.









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    ¿Quién cuida a los que cuidan? Arte, curaduría y la crisis del cuidado.

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